Ubicado en la Ciudad del Tajo, entre el puente del desfiladero y la plaza de toros, se encuentra Bardal, la apuesta gastronómica del chef Benito Gómez que abrió sus puertas en 2016. Un restaurante andaluz, una casa de comida donde saborear Ronda con cada plato, y en la que el disfrute y la naturalidad del buen comer hablan por sí solos.
Galardonado con su primera estrella Michelin en 2018 y la segunda en 2019, Bardal es un proyecto cultivado por la pasión de un equipo profesional que diariamente consigue ganar la satisfacción de sus comensales con cada olor y sabor del mejor producto fresco. Su cocina, muy enraizada a la comarca, defiende el entorno y la memoria de una forma sencilla y cercana, sin modas ni artificios. Una filosofía libre de imposiciones que refleja el sello propio de Benito Gómez.
La propuesta gastronómica de Bardal es un escaparate de lo que se encuentra en su despensa: materia prima variada y de calidad que seleccionan de los productores de la comarca, con lo que pretenden reflejar el respeto, la esencia y la autenticidad de nuestra tierra. Ingredientes clave en sus elaboraciones, sabrosas y sutiles, que no son lo que parecen, y cuyo significado real se descubre al probar, en el sabor.
Una cocina sensata, basada en el recetario tradicional y en la memoria culinaria de Benito que se transmite a través de dos menús degustación: Bardal y Gran Bardal, de 16 y 20 pases respectivamente. Los platos que integran ambas ofertas son temporales y varían conforme transcurren las diferentes estaciones del año, en función del mercado y la creatividad diaria entre fogones. Por ello es, que no hay un plato estrella, pero sí ingredientes con los que trabajan muy a menudo: pescados del Atlántico, conejo, caracol, chivo malagueño y elementos de la campiña andaluza, entre otros. Aunque sí es verdad que hay una elaboración longeva en carta: el buñuelo cremoso de anguila ahumada.
En la misma línea, la carta líquida diseñada entre el sumiller, Miguel Conde, y el jefe de sala, Marco Trujillo, refleja la vinculación del restaurante con el entorno. La bodega de Bardal se compone de joyas únicas procedentes de Ronda, Andalucía y otras viñas del mundo. Actualmente, disponen de 250 referencias nacionales e internacionales, entre las que destacan vinos generosos, bodegas artesanas, pequeños productores, vinos naturales, poco industriales y ecológicos.
Decorados por el estudio de interiorismo Casagrande, dos son los espacios del restaurante que preservan la intimidad de los comensales. En la planta alta, un rincón de tranquilidad donde se dan las cenas, la sala se viste con un toque industrial aportado a través del juego arquitectónico de tuberías de acero inoxidable y ladrillo visto sobre paredes y pilares. Por otro lado, la planta baja, para las comidas, regala al comensal un espacio luminoso, cálido y acogedor, con falsos techos de bóvedas y paredes de vidrio, y cuyos grandes ventanales permiten contemplar la grandeza del paisaje que tenemos enfrente, la Serranía de Ronda.
En definitiva, todo un homenaje a la tierra y a los sentidos, que se puede disfrutar en una sala perfectamente dirigida por Marco y coordinada junto a su equipo, quienes reciben y atienden a todos aquellas que se aventuran en Bardal.