
El restaurante está ubicado en un lugar privilegiado, en el corazón de la ciudad de Córdoba, en un lugar mágico y lleno de historia. A la entrada del palacete esperan dos fechas en el suelo, en el chino cordobés, entre ellas, el escudo de la ciudad. Dos fechas muy importantes, 1890 y 1942.
El palacete fue construido en el año 1890 por José Ortega y Munilla, escritor y periodista, padre de José Ortega y Gasset, filósofo y ensayista español, exponente principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital histórica.
En el año 1.915, Ortega y Munilla vende el palacete a Rafael Cruz Conde, por aquel entonces, alcalde de la ciudad. Época en la que visita la casa hasta el mismísimo rey ALfonso XIII en uno de sus viajes a Córdoba.
En esta época encontramos en la historia otro personaje ilustre cordobés: Julio Romero de Torres. Cuando Julio Romero de Torres pinta a la mujer cordobesa, en ocasiones aparece en sus obras una botellita de fino Cruz Conde. Cuando los Cruz Conde vivían en esta casa, y tenían sus bodegas en la calle de la Bodega, ellos eran sus mecenas. Ellos le pagaban por realizar sus obras, pero a cambio, tenía que dibujar la botellita de sus finos, el antiguo marketing de la época.
Cruz Conde es quien vende la casa a Manuel Rodríguez Sánchez «Manolete» califa del toreo e ídolo popular de la España de posguerra en el año 1.942, quien lamentablemente sólo pudo disfrutar de la misma hasta el año 1.947, cuando fallece tras la corrida de toros de Linares.
Dada la peculiaridad del palacete, declarado Patrimonio Artístico ya que está protegido (estructura y fachada), se ha hecho de cada estancia original de la casa, un salón.
El restaurante está compuesto por 6 ambientes: el porche, el despacho, el salón principal, la suite, el salón Manolete y el patio de San Rafael. El primero es el porche, que cuenta con dos espectaculares mesas al aire libre, rodeadas de toda la vegetación del jardín delantero de la casa. Un lugar ideal para un tranquilo almuerzo en primavera o una romántica cena una noche de verano.
El salón “Despacho” debe su nombre a la funcionalidad de la estancia cuando vivió en el palacete Manuel Rodríguez “Manolete». Este salón consta de una gran mesa imperial central y es un reservado muy elegante digno de reyes con un gran espejo isabelino, chimenea y acceso privado al exterior.
El espacio del salón “Manolete” en este caso no debe nombre a la funcionalidad de la estancia sino al gran cuadro del diestro que lo preside. Este salón homenajea a los dos personajes más ilustres que han habitado el palacete: Manolete y Ortega y Gasset.
Dos grandes obras de arte del pintor cordobés Fernando García Herrera pintadas a óleo y bolígrafo sobre lienzo. La zona exterior se completa con el patio de San Rafael.